1. Comenzaremos por separar las claras de las yemas de todos los huevos. Reservándolo todo por separado.
2. Rasparemos el limón, y reservaremos las raspaduras.
3. Obtendremos el zumo de ese limón raspado, reservándolo.
4. Montaremos las claras a punto de nieve duro y le añadiremos la pizca de sal y el azúcar mezclándolo todo bien.
5. Seguidamente adicionaremos las yemas y seguiremos batiendo, añadiéndole el aceite, la harina, las gaseosas, las raspaduras y el zumo del limón, poco a poco, pero sin dejar de batir hasta obtener una masa uniforme.
6. Mientras reposa un poco la masa anterior, preparemos los moldes metálicos, sino tenemos de silicona. Así como que, cortaremos unos papeles cuadrados y, quitándoles las esquinas, les haremos unos cortes alrededor, como si fueran unos flecos; para introducirlos en los moldes anteriores.
7. Verteremos en su interior la masa anterior, sin llenarlos completamente, para que crezcan sin rebosar todo su contenido completamente, al introducirlos en placas en un horno, previamente precalentado a unos 150º C.
8. Antes de introducir los moldes con la masa en el horno, los podremos espolvorear con un poco de azúcar por encima.
9. Cuando estén dentro del horno, procuraremos no moverlas ni tocarlas en la primera hora de cocción.
10. Con la ayuda de un aguja limpia comprobaremos que las magdalenas están hechas, antes de sacarlas del horno, para desmoldarlas y dejarlas reposar.