Mezclamos medio litro de agua con los 600 grs. azúcar y lo dejamos cocinar por espacio de unos 12 minutos, hasta conseguir el 'punto de hebra', sin dejar de moverlo con un cucharón de madera. Una vez obtenido ese 'punto' dejaremos que enfríe.
A parte, pondremos 2 cu. soperas de azúcar con medio vaso de agua en una cazuela de unos 22 cm. de diámetro a cocinar dentro de un microondas por espacio de unos 8 minutos a su máxima potencia, para obtener un caramelo para la base y paredes del molde.
A mitad del proceso sacamos la fuente del microondas y tapizamos todas sus paredes con ese caramelo e introducimos de nuevo en ese aparato para que termine la cocción.
Mientras tanto, batiremos las yemas de huevo bien con la ayuda de una batidora o con unas varillas metálicas.
Añadiremos a esas yemas batidas el almíbar tibio poco a poco, sin dejar de batir para tratar de conseguir una mezcla homogénea que podremos colar una o dos veces, con vistas a eliminar los posibles grumos que se hayan formado.
Vertemos esa mezcla de almíbar con las yemas sobre el molde untado de caramelo que introduciremos dentro de una fuente honda de horno y que hornearemos todo al baño maría, por espacio de unos 20 minutos, cubriendo externamente el molde, hasta su mitad con agua; para evitar que al hervir pueda saltar al interior del molde que podremos cubrir con papel de aluminio agujereado con un cuchillo.
Para comprobar si esta hecho este delicioso postre lo pincharemos y si el utensilio sale limpio y sin resto de esa masa, esta listo; por lo que lo podremos sacar del horno y dejarlo reposar para que también se enfríe, y nos permita desmoldarlo como cortarlo; antes de servirlo a nuestros comensales.